domingo, 27 de enero de 2013

365 Días- 2

La costumbre, es un habito que nunca se pierde. Las personas viven de ellas, cosas del quehacer diario. El primero de Enero de todos los años Noam, hacía un recorrido de veinticinco kilómetros hasta el centro de la ciudad, sólo para confirmar si su adorada esposa seguía aún con vida.

Hadara, no era capaz de formular palabra, luego de aquella suplica hacia su padre por acompañarlo hasta la ciudad. De otra manera, era muy probable que jamás volviera a ver a su madre. También estaba el pequeño encargo que tenía desde algunos días atrás y debía entregar de una manera u otra en pocas horas. En su regazo llevaba un bolsito de cuero negro, no más grande que su mano y no más largo que el dorso de ésta, su contenido era muy importante, debía entregarlo cuanto antes.

Era típico en él, encontrarlo pensativo y un poco ausente, Noam, era un hombre sencillo, guiado por sus instintos, por su religión y costumbre espiritual. Sus manos estaban fijas en el volante, y por más que sus ojos estuvieran en el camino, su mente volaba más allá.

- ¡Padre!- Gritó la joven,  observando a su frente con pavor. Algo se había atravesado en su camino, según los ojos de Hadara, no era cualquier cosa. El auto se detuvo, con un poco de suerte 'esa cosa' aún estaría viva. 

Hadara fue la primera en reaccionar, saliendo del auto. Noam aún no salía del asombro y se quedo pegado al volante.

Al pie del automóvil, estaba tirado el cuerpo de un muchacho, sus cabellos castaños estaban ligeramente desordenados, su cuerpo estaba extendido  y su cabeza muy cerca de una de las llantas. El vaquero ajustado que llevaba estaba un poco roto y sucio, al igual que su musculosa de un color azul marino. ¿Que hacía alguien como él aquí? Sus rasgos finos eran dignos de ser admirados, al igual que su piel naranja, sus labios un poco resecos estaban entre abiertos.

-Tenemos que hacer algo.- Una vez que Noam, llegara a los pies del muchacho, Hadara comenzó a hablar.- Papá ¡Padre! No podemos dejar que muera.- La voz de Hadara una vez más, fue una suplica para los oídos de Noam.

-Debemos llevarlo al Hospital, más cercano...- Cargo el cuerpo del muchacho, con un poco de esfuerzo, mientras Hadara abría la puerta trasera.

-No, yo puedo curarlo, llévame a casa, se que hacer- La joven recostó la cabeza de aquel muchacho en su regazo, dándole indicaciones a su padre.


-365 Días-


Las primeras mañana de Enero, son  frías y poco alentadoras. Siempre que puede, Lara se queda despierta hasta el amanecer en la primera semana del año, acompañada por las tonteras de su prima, la única capaz de reconocer sus verdaderos sentimientos.


-¿Aceptaras la propuesta de Ben?- La primera pregunta sin respuesta de año nuevo. Kelly sabía hacer las preguntas correctas, sin embargo ella, no conseguía formular la respuesta perfecta.

-Lo amo, estoy segura de eso.- Lara  se removió entre la suave cama hasta quedar boca arriba, admirando el techo lleno de palabras.

-¡¿Aceptaste?!- Kelly se levanto abruptamente de la cama, resbalando con la colcha, haciéndola caer de bruces.


-¡Shh! Cállate, Sam esta dormida.- Susurró Lara, riendo quedamente por el golpe que se había propinado Kelly. Giró su cabeza para ver a una muchacha cabellos rubios dormida.


-Acepte hace dos días- Toqueteo bajo la cama, sacando una caja ligeramente grande; rebuscó en ella un pequeño bote de rollo para cámara, y se lo dio a su prima, sin más.


-¡Oh por dios! Es un diamante...- El anillo tenía una simple incrustación cristalina, recubierto en oro, pero era hermoso.- Debió haberle costado una gran suma de dinero...


- Vendrá mañana a pedir mi mano.- Puso la caja en su lugar, quedándose con el anillo.


-¿Por que lo haces?- Kelly, a diferencia de Lara, era morena, con una cabellera negra y larga.


-¿El que?- Preguntó Lara, haciéndose la desentendida. 


-Tú no lo amas lo suficiente como para casarte, Lara.- Kelly se sentó en la cama, delante de ella, dándole una mirada seria. 


-Ben, es el hombre perfecto, es romántico, es amable, es divertido, piensa en mi, en el futuro, tiene dinero, es un adonis, y...


- Tú no lo amas, punto.- Calló Kelly, levantándose de la cama.- A mi no me mientas Lara Isabelle, ¿ Que hizo para que aceptaras?


- No me hizo nada, Kelly. ¡Benjamín es mi prometido, punto!- La rubia se levanto de la cama un poco cascarrabias, sin notar el despertar de su hermana.


-¿Te ha propuesto matrimonio?- Un tono de queda, tartamudeante salió disparado de su boca al escuchar las ultimas palabras de su sangre, Sam tenía los mismo rasgos de Lara, por algo eran mellizas idénticas.


-Lo ha hecho.- Lara sonrió tímidamente, entrando al servicio, mientras Kelly salía de la habitación.




-365 Días-

-Vamos Rebecca, es suficiente, hemos recorrido todo Windsor, apenas es primer día de mes...- Liam, revolvió su cabello levemente hasta dejar sus manos sobre su rostro. Habían recorrido todo el perímetro visible en Windsor, desde el castillo real, hasta el ultimo rincón de la ultima calle.


-¿Estas cansado? No me importa si es el primer día, necesito encontrar a Zayn, es mi única esperanza.- La pelirroja se apoyo en una de las paredes de aquel bar, la verdad es que necesitaba un descanso, de tanto recorrer el efecto del adormecimiento empezaba a recorrer sus pies.


-Iremos al apartamento, dormiremos y mañana por la mañana, iniciaremos de nuevo la búsqueda.- Liam, aún no confiaba del todo, él sabía que Rebecca ocultaba un par de cosas, pero era su prima, la consentida por la que haría todo tipo de cosas.


- ¿Al menos tienes una foto?- Inquirió el muchacho, antes de sorber un poco de su bebida.


- No, Sloane solo pudo decirme su localización y alguna que otra descripción de rasgos, nada más.- Rebecca suspiro un tanto frustrada, tenía que ser la única forma de poder lograrlo, mentir.


- ¿Murió cierto?- Desvió la mirada hasta la barra del lugar, sin dejarse intimidar por los pueblerinos.


- Peyton quemó todo el lugar- Susurró, observando algunos jóvenes del lugar, tratando de reconocer caras, sin éxito.-  No logre llegar a tiempo.




-365 Días-



Elena había pasado una noche extenuante, junto al heredero al trono, cabe destacar que fue de los pocos momentos donde el príncipe y ella, tenían su 'tiempo de amigos' donde ambos formaban parte de la plebe.
Sin los prejuicios, ni orgullos, ni la antipatía su mundo era otro.

- ¿Tienes algún sueño imposible, Elena?- Su real majestad estaba tumbado en la cama junto a aquella muchacha de cabellos castaños. Ambos cubiertos por sus sabanas de seda, en la mullida cama de exagerado tamaño.

- Todos tienen un sueño imposible, Harold.- Elena susurró observando los verdes ojos del príncipe.

- Lo sé, yo tengo muchos.- Harry comentó sonriendo tímidamente, como si ella fuera lo más intimidante del momento.

- ¿Extrañas a tu mamá?


- Hace mucho que olvide lo que era sentir el calor materno.- Respondió con voz ronca.


- ¿Como está la señorita Gemma?- Sonrió a medias, deslizando sus piernas de un lado a otro con libertad.


- Su embarazo aún no es notable, espero tener un sobrino, más que una niña.


El silencio inundo rápidamente el momento, de una forma cómoda y sencilla, lleno de miradas inexpresivas, sin contexto alguno. El cabello de Elena, caía levemente en ondas sobre la almohada sintética, un tono chocolate claro, que combinaba perfecto con su tono de piel y sus ojos color avellanas.


- Debo irme- Soltó de repente la muchacha, levantándose de la cama. Estaba consciente de que estaba solo cubierta por una vieja camisa del príncipe, lo cual le hacía sonrojar.


- Quédate un poco más, apenas son las siete.-  Harry se sentó en la cama, dejando ver su abdomen.


- Son las siete de la tarde, Harold.- Ella río ligeramente, buscando en una de las cómodas de la habitación, su uniforme, el cual había guardado ese día en la madrugada, por quedarse junto al príncipe.- No has salido de tu habitación en todo el día, te negaste a hablar con tu abuela y casi despides a un guardia por querer entrar.


- Se lo merecía...


- Solo quería saber como estaba vuestra alteza, no se lo merecía.- Atacó Elena, aún sonriente.- Si me permites, iré al servicio a cambiarme.


Harry, se levanto observando el gran ventanal en medio de su habitación. Era cierto, el tiempo había pasado tan rápido, un día se le hizo segundos. Era tal como Gemma le había contado, <<Los días se te harán segundos, y sentirás esas mariposas en el estomago de vez en cuando, pero te sentirás la persona más feliz del mundo si te corresponde, y todo lo que hagas, valdrá la pena>>.


- Hora de volver a la realidad, Príncipe.- El cálido tacto de su mano contra su hombro, fue ardiente. Su mente  detuvo su maquinar por un segundo, ¿Volver a la realidad? 


- ¿Desde cuando has de llamarme príncipe?- Frunció los labios levemente, observando sus ojos.


- Gracias por comportarte como un plebeyo por un día, es lindo saber que la amistad de niños sigue siendo la misma.-  Elena besó su mejilla y la acarició levemente.


Allí estaba el punto, un punto que nunca jamás él habría querido tocar, que pasase el tiempo que pasase, lo hubiese dejado en el pasado, pero ella se encargo de recordarselo y por ende, lo dejo prendado en su mente.


Ahora lo recordaba, no era Gemma con quien jugaba de pequeño, era Elena, la única pequeña niña que querría ser amiga del príncipe por la simple satisfacción de tener un amigo con quien jugar y compartir sus pensamientos, por que así eran los niños, y así era Elena. 


Por que por más que él quiso en su niñez olvidarlo, no pudo, y tal vez se avergonzaba de sus propios sentimientos, gracias a su padre, quien le enseño a serle indiferente a la fuerza más poderosa del mundo : El amor.




-365 Días-



-¿Tus ultimas palabras?.-  Dylan sabía a la perfección lo que pasaría en segundos, pero debía seguir todo al pie de la letra si quería volver a ver a Cassidy.

- Te veo en el infierno- Zayn ensancho con sorna una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de la función, a la vez que Dylan disparaba el gatillo, y tiraba  el arma lejos de allí. El cuerpo del blondo cayó inerte, con un hoyo en la cabeza, mientras el brillo de la vida escapaba de sus ojos.


- ¿Quien es el próximo?- Preguntó sin expresión alguna, solo quería ver a Cassidy.


-El irlandés.-  El moreno alejó su vista al final de la calle, húmeda, fría y solitaria.- Pero tendrás que esperar, Jade querrá asegurarse de que este bien, antes de irse.


-Como quieras, Zayn. Solo quiero ver a Cassidy.- Dylan observo como el moreno se subía en la moto, sin nada que decir.- Por favor no la lastimes, le prometí a mi madre que la cuidaría, por favor.


-Que mal lo has hecho, Dylan.- El sonido de la moto rugió una vez que salió disparada hacia adelante, dejando al castaño en medio de la calle.




-365 Días- 



Se dio una relajante ducha fría, así le gustaban, luego preparo huevos y tocino, engullendolos con rapidez. Prendió el reproductor de música en su teléfono, escuchando en primer lugar, la canción de Jade. Take That: Up All Night.


Se recostó en la cama, cubierto solo por su pantalón de pijama, mirando el techo pensativo. Tal vez el hecho de que este haya sido un partir de año diferente a los demás, sin su familia. Pero así era mejor, de una manera u otra, sentía protegerlos, estando lo más lejos posible de ellos, aunque extrañara con tortura a su madre y su comida, a su hermano y las peleas constantes y a su padre y sus afortunados consejos.


La puerta de madera sonó brevemente, sobre saltandolo. Se levanto de la cama y camino lentamente hasta la puerta, era muy raro recibir visitas, más siendo las diez de la noche.



-Hola- Su voz aguda le sonó conocida y hasta podría jurar que ese cabello pelirrojo era de aquella muchacha de esta mañana.


-Hola.


-¡Vaya! Eres el chico de  bonitos ojos...- Rebecca sonrió abiertamente, reconociendo al muchacho con quien había intercambiado palabras esa mañana, y hasta se había atrevido a cantar la canción que tocaba junto a su primo.


-Y tu la chica de cabello rojo.- Niall hizo una seña para invitarla a pasar, mientras se rascaba tras la oreja levemente, en un claro rasgo de nerviosismo.


-¿Algo de beber?


-No, gracias, estoy bien- Rebecca sonrió observándolo de arriba abajo, mientras mordía su labio inferior- Eres Niall ¿cierto? Me mude recién al 6C, es decir...


-Al lado...-  Niall fue hasta la pequeña ventana de la habitación para cerrarla, puesto que el clima no ayudaba en nada y el frío era cada vez más fuerte.- Si, Niall y si bien recuerdo, tú eres Rebecca.


-Solo quería presentarme, estaré por aquí un par de semanas, y necesitaba conocer a alguien más que a mi primo.- Tomo el atrevimiento de sentarse en el único sofá del lugar, mientras el rubio hacia lo mismo.


-Que pequeño es el mundo.- susurró el rubio, sin notar que Rebecca lo había escuchado.


-Aprovechando el momento...¿Por que no quisiste decirme sobre Zayn Malik?- 


-Si te lo digo...- Sonrío levemente, mostrando una dentadura dispareja.- Tendría que matarte.


Ambos rieron juntos, sin conocerse, sin juzgarse, simplemente reían, y eso era lo más intrigante.  Aunque Niall no soltaría nada, tal vez por que era la única forma de mantenerse protegido, como también la única forma de proteger a aquella desconocida.



-365 Días-

La cabeza le dolía exageradamente, intento removerse en su sitio pero su cuerpo no reaccionaba, por lo menos no de la cadera para abajo. Se ahogo ligeramente al darse vuelta, aún sin abrir los ojos. Sentía que se había roto las costillas, y sus brazos estaba adoloridos.

-¿Te encuentras bien?- Abrió los ojos de golpe cayendo de nuevo en la cama de espaldas. Las imágenes llegaban a ser borrosas, después de algunos segundos, el enfoque fue normal.

Había una chica a unos metros de él, llevaba un manto en su cabello, cubriéndolo racionalmente; su tez ligeramente morena, combinaba perfectamente con sus ojos verdes y su cabello azabache.

-¿Estas bien?- Volvió a preguntar y esta vez pudo encontrar la forma de hablar.

-¿Donde estoy?- Su voz sonó rasposa y su garganta pedía a gritos un poco de agua.

- En las afueras de Windsor.- La muchacha se acerco a él, empujándolo por el pecho hasta recostarlo en la cama, una vez que intento moverse. Louis, observo su rostro, cuando la cercanía era acortada, delimitando sus facciones tan exóticas  Vaya escena, no era propio de ella, y tampoco lo aprobaba su religión.- Lo siento.

-¿Que pasó?

-Mi padre y yo, íbamos rumbo a la ciudad, cuando desafortunadamente te atravesaste en el camino y mi padre sin intención alguna, te arroyo con el auto.- La joven sacó del mini-refrigerador dentro de la habitación, un vaso de agua un poco fría.- Tómala, debes estar sediento.


Él tomo el agua, e intento levantarse, sin éxito. No fue hasta entonces, cuando se percató, de que sus piernas no funcionaban. Se giró hasta la muchacha, en busca de respuesta, pero ella estaba confundida. Pellizco sus piernas, tiro de ellas, las golpeo e intento golpear el vaso de vidrio contra ellas, hasta que la joven se lo arrebato de las manos antes de que lo lograra.

- Lo lamento.- Susurró con voz pasiva, intentando no mostrar sentimentalismos.

-No es nada, solo estoy...Paralitico... ¿Como te llamas?.- Preguntó Louis, con voz neutra; una noticia como esa no se tomaba de mejor manera.

-Hadara.

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Hey chicas, Hola! (:
Lamento, enserio, lamento la tardanza.
Gracias a los comentarios anteriores, de verdad :')
Bueno, se acerca mi cumpleaños... Este martes 29:3
Así que si no les gusto... Por lo menos comenten por mi :)
**Chantaje Cof cof Chantaje**

Besos; Destiny Routh!






miércoles, 2 de enero de 2013

365 Días- 1




Los pastizales verdes se revolvían con el viento a través de ellos, creando un paisaje neutro, lleno de un silencio irrevocable, mostrando la luz de la luna, caer sobre el terreno pastoso.

Más allá de las verjas, donde la propiedad cambiaba de dueño se mostraba el gran barranco que daba paso a las aguas saladas y espumosas, se les veía chocar con frecuencia contra las paredes de roca a causa de la marea.

Hadara se recostaba del único árbol visible en el terreno, abrazada a sus piernas, acostumbrada al clima de calor, un poco de frío no le importaba. Su melena espesa color azabache revoloteaba al ritmo del viento. Tenía un  tono de piel ligeramente tostado, un cuerpo bien dotado y un rostro muy hermoso, lo suficientemente joven, como para lucir su etapa adolescente.

Una gruesa lagrima escapo de su ojo izquierdo, rodando lentamente por su mejilla sin querer ser borrada, cayendo contra el suelo. ¿Qué sucedía? Ella se hacía la misma pregunta. ¿Que había hecho mal? Las palabras retumbaban en su cabeza como un martillo.

La alarma de su teléfono la alerto de forma inesperada, haciéndola chocar su cabeza contra la rama inadvertida sobre ella.

-         ¡Rayos!- Toco su cabeza sintiendo el leve dolor en ella, tomando su  móvil para desactivar el sonido. Oficialmente era año nuevo.

La felicidad que la regocijaba era la suficiente para hacerla sonreír, aunque solo le haya salido una extraña mueca divertida. Era hora de volver, tal vez Natali se preguntaba donde esta ella, o en su defecto, su padre.

-365 Días-


Louis le dio un último abrazo a su madre en forma de despedida, un abrazo muy fuerte, tal vez por que la gran cantidad del alcohol en su cuerpo se le había subido a la cabeza.

El lugar tenía un calor familiar, palpable en el ambiente, las paredes pintadas de un color crema muy claro, tenían algunos cuadros con fotografías familiares. Los muebles de madera y el comedor hacían juego combinado.

-         Ten cuidado al manejar, cariño.- Ésta le susurro al odio, sonriendo a medias.
-         ¡Soy un gran conductor! ¡Por favor madre!- Río el castaño, besando la mejilla de su hermana menor.- Cuida de mamá, Lottie.
-         Cuenta con eso, Boo Bear.-

Salió por la puerta principal con un pequeño morral en la mano, mientras que con la otra tecleaba hábilmente un mensaje a su novia. ‘Feliz año nuevo, Estoy listo para hacer tu 2013 el mejor de los años, Te amo Ele xx ’. Subió a su auto sin vacilar, dejando el morral en el asiento de copiloto, sería un largo camino hasta Oxford, a pesar de ir en auto. Tal vez una o dos horas, dependiendo de la velocidad, tomando la ruta de Berkshire.

Tomo uno de los discos regados en el puesto trasero del auto, cortesía de Fizzy como regalo de cumpleaños. Sería un buen momento para escucharlo. Comenzando con aquella canción que tanto le gustaba, algún día podría dedicársela a alguien especial.

Let me take you there, Los Plain White Ts no eran su banda favorita, pero la canción era buena.

-365 Días-


El silencio sepulcral en el castillo no era de otra época, en cambio las caras de indiferencia y habitual aburrimientos estaban yacentes en los rostros de la descendencia real, su majestad el príncipe.

-Buenas noches a todos, espero que la velada haya sido de tal agrado, que descansen.- Un breve asentimiento de cabeza y sus pies lo dirigieron con pereza hasta su habitación asignada en aquel antiguo castillo.

Las paredes de color salmón tenían como decorado, alguno que otro cuadro y en cada pilar redondeado el escudo de la nación. Los ventanales amplios esa noche estaban descubiertos, dando una perfecta vista del pueblo, y la claridad de la redondeada luna.

Alguien le espiaba, no era difícil denotarlo, era una de las tantas cualidades del Príncipe Harry.

-         No os parece que está muy bella la luna, Elena.- Su voz ronca como de costumbre, pareció estremecer el cuerpo de la muchacha, aunque este no lo notaba, que ironía.

-         Le pido me disculpe, Su alteza, no quería molestaros…- Apresuró la muchacha sin moverse de su puesto. El vestido negro del servicio real, hacía resaltar un poco su figura, claro que le quedaba unos centímetros holgado, sin dejar pasar el delantal blanco, atado alrededor de su cintura.

-         Cuando entenderéis que vuestra alteza real- Aplico un poco de sarcasmo al utilizar el trato que le otorgaba el ser, el nieto de la reina.-  odia ese tratamiento que me dais.

El príncipe dio media vuelta, dejando a la vista su rostro, haciendo suspirar a la muchacha silenciosamente.

-         Es el trato digno de la realeza. Lo lamento yo no debería estar aquí, que descanse.- Murmuro dándose media vuelta, regañándose mentalmente por haber cometido semejante estupidez, ¿Cómo se le ocurre espiar al príncipe? Estúpida.
-         Espera, espera…- No quería espantarla, era lo más cercano a una amiga, si es que así se sentía.- Os ordeno que  vuelvas.
En ese mismo instante quiso morderse la lengua, ¿Qué se supone que acababa de hacer? La muchacha se detuvo abruptamente, como si le hubieran gritado la cosa más horrible del mundo. Sus cabellos chocolate, estaban enrollados en una fina y pulcra cebolla, tenía una tez pálida dejando ver uno que otro lunar en su cuello.

Se dio media vuelta y camino hasta el Príncipe, quien no dejaba de ver su rostro inexpresivo, apunto de temblar, mientras él, se carcomía por dentro, pellizcando sus dedos ocultos detrás de su espalda.


-         A sus servicios, su majestad real.- Claro que conocía ese lado sarcástico y con toques de antipatía generados por un humor algo bipolar.
-         Necesito… que prepares la tina para mi, aún no he aprendido a regular el agua.- Estaba mintiendo, ¡Bravo Harry! Digno de un príncipe.
-         Como ordene, alteza.- Elena llevó la delantera tamborileando sus dedos contra su abdomen, de un momento para otro la actitud del príncipe era otra, de un lado quería que las formalidades se dejaran de lado y al otro, le estaba dando órdenes innecesarias, puesto que el castillo principal tenía las mismas funciones que este en Windsor.
-       
        La muchacha abrió la puerta de la habitación la cual estaba escoltada por un alguien –cuyo nombre el príncipe desconocía- con un ligero movimiento de cabeza Harry le ordeno retirarse, entrando de una vez por todas a la habitación.

Elena dio paso al gran baño con un exagerado  jacuzzi, regulando el agua con las llaves especificas. Espero a que se llenara, paseando sus manos por el agua, ¿Cómo se sentirían todas esos lujos?

De pronto de vio dentro de ella, rodeada por los fuertes brazos del príncipe, quien se había arrojado dentro del jacuzzi con ella.

-         ¡¿Acaso está loco?! – Chilló separándose del príncipe, interponiendo sus manos contra su pecho, mientras respiraba agitadamente.
-         El psicólogo de mi abuela, me ha dicho que soy emocionalmente estable.- Sonrió éste mientras el cabello rizado, le escurría por el rostro.



-365 Días-


De no ser por el sol que se apoderaba de cada rincón en su oscura habitación, el no se hubiese despertado. Era una habitación muy pequeña, con una cocina-comedor-sala de estar muy unidos. Una ventanal justo, con medidas medias y un pequeño servicio a la segunda puerta de vista. La habitación mantenía un vivo color carmín. Sin algún otro adorno más que un porta guitarra de color negro.

El muchacho rubio se levanto de la pequeña, pero cómoda cama, tendiéndola de una vez. Paso sus manos por su rostro y su cabello, terminando de despertarse. Hizo un poco de café, algo puro tal vez, pero así le gustaba, un café amargo. Lo mejor para la resaca.

Fue al servicio, alcanzando darse una buena ducha fría, volviendo sus cabellos más oscuros, pegándoseles a su bello rostro. Por que sin duda, era muy hermoso.

-         Buenos días, Jade.- Susurró a la pequeña fotografía, en el estante de la estancia.

Algún día quería escuchar una respuesta de vuelta. Se vistió y salió a la calle, acompañado de su guitarra.

-         Hazme rico nena.- Susurro acoplando sus dedos sobre las cuerdas de aquella guitarra acústica. Muy linda en color amarillo pálido, con una firma a un lado. Paul McCartney, ex integrante de la famosa banda The Beatles. Un verdadero ídolo musical.

Aquella melodía que se colocaba entre sus dedos y las cuerdas de su guitarra, Look After You  de The Fray, era muy genial. Empezó a tararearla levemente, llamando la atención de los espectadores. Windsor era un lugar muy tranquilo, observándolos desde cualquier punto de vista.

Un muchacho de cabellos castaños, empezó la tonada de la canción, seguido de la que podría ser su novia, cantando cada parte, seguidos por Niall en la guitarra. Las voces sonaban estupendamente.

Atrayendo la atención de las personas, hasta terminar la canción.

-         Tocas muy bien.-  Era un tono muy educado, y un acento un poco extraño para la zona. Rebecca tenía un tono de voz muy agudo.
-         Muchas gracias.- Él respondió amable, aún sin saber de aquellas personas.
-         Soy Liam, y ella es Rebecca, mi prima.- El otro muchacho se presento, tendiéndole la mano.
-         Niall, Niall Horan- Su sonrisa estaba hecha una mueca extraña, como si lo siguiente no se lo esperara.
-         ¿Sabes donde puedo encontrar a Zain Malik?- Pregunto Rebecca, sin ningún cuidado.
-         Zayn.- Su tono de voz cambió, mientras revisaba los billetes y algunas monedas - cortesía de los espectadores- en la maleta de su guitarra.- No querrás meterte con él.
-         ¿Qué tiene de malo? Solo necesito información y el podrá dármela.-
-         Lo siento, pero no te guiare a un cruel destino, que otro lo haga.- Tomo de su maleta.- Háganme caso, vuelvan por donde vinieron, la curiosidad mató al gato.

Observo tanto a la pelirroja como a Liam, con un gesto muy serio y algo temeroso, perdiéndose entre las personas que concurrían Windsor. Era muy malo tener que lidiar con la sensación de ser cazado todos los días como una presa, para guiar a una linda chica a la muerte, ni pensarlo.

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Hola¿Como están? ¿Que les pareció?
Bien, esta es una nueva historia que se me ocurrio con el TT de 'Pagina 1 de 365'.
La comence ayer, pero decidí subirla hoy a Blogger.
Espero que les guste y si les gusta, comenten y haganme feliz!
¿No quiero nada cierto?  Por cierto, ¡Feliz año nuevo 2013!

Besos; Destiny Routh!