La costumbre, es un habito que nunca se pierde. Las personas viven de ellas, cosas del quehacer diario. El primero de Enero de todos los años Noam, hacía un recorrido de veinticinco kilómetros hasta el centro de la ciudad, sólo para confirmar si su adorada esposa seguía aún con vida.
Hadara, no era capaz de formular palabra, luego de aquella suplica hacia su padre por acompañarlo hasta la ciudad. De otra manera, era muy probable que jamás volviera a ver a su madre. También estaba el pequeño encargo que tenía desde algunos días atrás y debía entregar de una manera u otra en pocas horas. En su regazo llevaba un bolsito de cuero negro, no más grande que su mano y no más largo que el dorso de ésta, su contenido era muy importante, debía entregarlo cuanto antes.
Era típico en él, encontrarlo pensativo y un poco ausente, Noam, era un hombre sencillo, guiado por sus instintos, por su religión y costumbre espiritual. Sus manos estaban fijas en el volante, y por más que sus ojos estuvieran en el camino, su mente volaba más allá.
- ¡Padre!- Gritó la joven, observando a su frente con pavor. Algo se había atravesado en su camino, según los ojos de Hadara, no era cualquier cosa. El auto se detuvo, con un poco de suerte 'esa cosa' aún estaría viva.
Hadara fue la primera en reaccionar, saliendo del auto. Noam aún no salía del asombro y se quedo pegado al volante.
Al pie del automóvil, estaba tirado el cuerpo de un muchacho, sus cabellos castaños estaban ligeramente desordenados, su cuerpo estaba extendido y su cabeza muy cerca de una de las llantas. El vaquero ajustado que llevaba estaba un poco roto y sucio, al igual que su musculosa de un color azul marino. ¿Que hacía alguien como él aquí? Sus rasgos finos eran dignos de ser admirados, al igual que su piel naranja, sus labios un poco resecos estaban entre abiertos.
-Tenemos que hacer algo.- Una vez que Noam, llegara a los pies del muchacho, Hadara comenzó a hablar.- Papá ¡Padre! No podemos dejar que muera.- La voz de Hadara una vez más, fue una suplica para los oídos de Noam.
-Debemos llevarlo al Hospital, más cercano...- Cargo el cuerpo del muchacho, con un poco de esfuerzo, mientras Hadara abría la puerta trasera.
-No, yo puedo curarlo, llévame a casa, se que hacer- La joven recostó la cabeza de aquel muchacho en su regazo, dándole indicaciones a su padre.
Las primeras mañana de Enero, son frías y poco alentadoras. Siempre que puede, Lara se queda despierta hasta el amanecer en la primera semana del año, acompañada por las tonteras de su prima, la única capaz de reconocer sus verdaderos sentimientos.
-365 Días-
Las primeras mañana de Enero, son frías y poco alentadoras. Siempre que puede, Lara se queda despierta hasta el amanecer en la primera semana del año, acompañada por las tonteras de su prima, la única capaz de reconocer sus verdaderos sentimientos.
-¿Aceptaras la propuesta de Ben?- La primera pregunta sin respuesta de año nuevo. Kelly sabía hacer las preguntas correctas, sin embargo ella, no conseguía formular la respuesta perfecta.
-Lo amo, estoy segura de eso.- Lara se removió entre la suave cama hasta quedar boca arriba, admirando el techo lleno de palabras.
-¡¿Aceptaste?!- Kelly se levanto abruptamente de la cama, resbalando con la colcha, haciéndola caer de bruces.
-¡Shh! Cállate, Sam esta dormida.- Susurró Lara, riendo quedamente por el golpe que se había propinado Kelly. Giró su cabeza para ver a una muchacha cabellos rubios dormida.
-Acepte hace dos días- Toqueteo bajo la cama, sacando una caja ligeramente grande; rebuscó en ella un pequeño bote de rollo para cámara, y se lo dio a su prima, sin más.
-¡Oh por dios! Es un diamante...- El anillo tenía una simple incrustación cristalina, recubierto en oro, pero era hermoso.- Debió haberle costado una gran suma de dinero...
- Vendrá mañana a pedir mi mano.- Puso la caja en su lugar, quedándose con el anillo.
-¿Por que lo haces?- Kelly, a diferencia de Lara, era morena, con una cabellera negra y larga.
-¿El que?- Preguntó Lara, haciéndose la desentendida.
-Tú no lo amas lo suficiente como para casarte, Lara.- Kelly se sentó en la cama, delante de ella, dándole una mirada seria.
-Ben, es el hombre perfecto, es romántico, es amable, es divertido, piensa en mi, en el futuro, tiene dinero, es un adonis, y...
- Tú no lo amas, punto.- Calló Kelly, levantándose de la cama.- A mi no me mientas Lara Isabelle, ¿ Que hizo para que aceptaras?
- No me hizo nada, Kelly. ¡Benjamín es mi prometido, punto!- La rubia se levanto de la cama un poco cascarrabias, sin notar el despertar de su hermana.
-¿Te ha propuesto matrimonio?- Un tono de queda, tartamudeante salió disparado de su boca al escuchar las ultimas palabras de su sangre, Sam tenía los mismo rasgos de Lara, por algo eran mellizas idénticas.
-Lo ha hecho.- Lara sonrió tímidamente, entrando al servicio, mientras Kelly salía de la habitación.
-Vamos Rebecca, es suficiente, hemos recorrido todo Windsor, apenas es primer día de mes...- Liam, revolvió su cabello levemente hasta dejar sus manos sobre su rostro. Habían recorrido todo el perímetro visible en Windsor, desde el castillo real, hasta el ultimo rincón de la ultima calle.
-¿Estas cansado? No me importa si es el primer día, necesito encontrar a Zayn, es mi única esperanza.- La pelirroja se apoyo en una de las paredes de aquel bar, la verdad es que necesitaba un descanso, de tanto recorrer el efecto del adormecimiento empezaba a recorrer sus pies.
-Iremos al apartamento, dormiremos y mañana por la mañana, iniciaremos de nuevo la búsqueda.- Liam, aún no confiaba del todo, él sabía que Rebecca ocultaba un par de cosas, pero era su prima, la consentida por la que haría todo tipo de cosas.
- ¿Al menos tienes una foto?- Inquirió el muchacho, antes de sorber un poco de su bebida.
- No, Sloane solo pudo decirme su localización y alguna que otra descripción de rasgos, nada más.- Rebecca suspiro un tanto frustrada, tenía que ser la única forma de poder lograrlo, mentir.
- ¿Murió cierto?- Desvió la mirada hasta la barra del lugar, sin dejarse intimidar por los pueblerinos.
- Peyton quemó todo el lugar- Susurró, observando algunos jóvenes del lugar, tratando de reconocer caras, sin éxito.- No logre llegar a tiempo.
-¡¿Aceptaste?!- Kelly se levanto abruptamente de la cama, resbalando con la colcha, haciéndola caer de bruces.
-¡Shh! Cállate, Sam esta dormida.- Susurró Lara, riendo quedamente por el golpe que se había propinado Kelly. Giró su cabeza para ver a una muchacha cabellos rubios dormida.
-Acepte hace dos días- Toqueteo bajo la cama, sacando una caja ligeramente grande; rebuscó en ella un pequeño bote de rollo para cámara, y se lo dio a su prima, sin más.
-¡Oh por dios! Es un diamante...- El anillo tenía una simple incrustación cristalina, recubierto en oro, pero era hermoso.- Debió haberle costado una gran suma de dinero...
- Vendrá mañana a pedir mi mano.- Puso la caja en su lugar, quedándose con el anillo.
-¿Por que lo haces?- Kelly, a diferencia de Lara, era morena, con una cabellera negra y larga.
-¿El que?- Preguntó Lara, haciéndose la desentendida.
-Tú no lo amas lo suficiente como para casarte, Lara.- Kelly se sentó en la cama, delante de ella, dándole una mirada seria.
-Ben, es el hombre perfecto, es romántico, es amable, es divertido, piensa en mi, en el futuro, tiene dinero, es un adonis, y...
- Tú no lo amas, punto.- Calló Kelly, levantándose de la cama.- A mi no me mientas Lara Isabelle, ¿ Que hizo para que aceptaras?
- No me hizo nada, Kelly. ¡Benjamín es mi prometido, punto!- La rubia se levanto de la cama un poco cascarrabias, sin notar el despertar de su hermana.
-¿Te ha propuesto matrimonio?- Un tono de queda, tartamudeante salió disparado de su boca al escuchar las ultimas palabras de su sangre, Sam tenía los mismo rasgos de Lara, por algo eran mellizas idénticas.
-Lo ha hecho.- Lara sonrió tímidamente, entrando al servicio, mientras Kelly salía de la habitación.
-365 Días-
-Vamos Rebecca, es suficiente, hemos recorrido todo Windsor, apenas es primer día de mes...- Liam, revolvió su cabello levemente hasta dejar sus manos sobre su rostro. Habían recorrido todo el perímetro visible en Windsor, desde el castillo real, hasta el ultimo rincón de la ultima calle.
-¿Estas cansado? No me importa si es el primer día, necesito encontrar a Zayn, es mi única esperanza.- La pelirroja se apoyo en una de las paredes de aquel bar, la verdad es que necesitaba un descanso, de tanto recorrer el efecto del adormecimiento empezaba a recorrer sus pies.
-Iremos al apartamento, dormiremos y mañana por la mañana, iniciaremos de nuevo la búsqueda.- Liam, aún no confiaba del todo, él sabía que Rebecca ocultaba un par de cosas, pero era su prima, la consentida por la que haría todo tipo de cosas.
- ¿Al menos tienes una foto?- Inquirió el muchacho, antes de sorber un poco de su bebida.
- No, Sloane solo pudo decirme su localización y alguna que otra descripción de rasgos, nada más.- Rebecca suspiro un tanto frustrada, tenía que ser la única forma de poder lograrlo, mentir.
- ¿Murió cierto?- Desvió la mirada hasta la barra del lugar, sin dejarse intimidar por los pueblerinos.
- Peyton quemó todo el lugar- Susurró, observando algunos jóvenes del lugar, tratando de reconocer caras, sin éxito.- No logre llegar a tiempo.
-365 Días-
Elena había pasado una noche extenuante, junto al heredero al trono, cabe destacar que fue de los pocos momentos donde el príncipe y ella, tenían su 'tiempo de amigos' donde ambos formaban parte de la plebe.
Sin los prejuicios, ni orgullos, ni la antipatía su mundo era otro.
- ¿Tienes algún sueño imposible, Elena?- Su real majestad estaba tumbado en la cama junto a aquella muchacha de cabellos castaños. Ambos cubiertos por sus sabanas de seda, en la mullida cama de exagerado tamaño.
- Todos tienen un sueño imposible, Harold.- Elena susurró observando los verdes ojos del príncipe.
- Lo sé, yo tengo muchos.- Harry comentó sonriendo tímidamente, como si ella fuera lo más intimidante del momento.
- ¿Extrañas a tu mamá?
- Hace mucho que olvide lo que era sentir el calor materno.- Respondió con voz ronca.
- ¿Como está la señorita Gemma?- Sonrió a medias, deslizando sus piernas de un lado a otro con libertad.
- Su embarazo aún no es notable, espero tener un sobrino, más que una niña.
El silencio inundo rápidamente el momento, de una forma cómoda y sencilla, lleno de miradas inexpresivas, sin contexto alguno. El cabello de Elena, caía levemente en ondas sobre la almohada sintética, un tono chocolate claro, que combinaba perfecto con su tono de piel y sus ojos color avellanas.
- Debo irme- Soltó de repente la muchacha, levantándose de la cama. Estaba consciente de que estaba solo cubierta por una vieja camisa del príncipe, lo cual le hacía sonrojar.
- Quédate un poco más, apenas son las siete.- Harry se sentó en la cama, dejando ver su abdomen.
- Son las siete de la tarde, Harold.- Ella río ligeramente, buscando en una de las cómodas de la habitación, su uniforme, el cual había guardado ese día en la madrugada, por quedarse junto al príncipe.- No has salido de tu habitación en todo el día, te negaste a hablar con tu abuela y casi despides a un guardia por querer entrar.
- Se lo merecía...
- Solo quería saber como estaba vuestra alteza, no se lo merecía.- Atacó Elena, aún sonriente.- Si me permites, iré al servicio a cambiarme.
Harry, se levanto observando el gran ventanal en medio de su habitación. Era cierto, el tiempo había pasado tan rápido, un día se le hizo segundos. Era tal como Gemma le había contado, <<Los días se te harán segundos, y sentirás esas mariposas en el estomago de vez en cuando, pero te sentirás la persona más feliz del mundo si te corresponde, y todo lo que hagas, valdrá la pena>>.
- Hora de volver a la realidad, Príncipe.- El cálido tacto de su mano contra su hombro, fue ardiente. Su mente detuvo su maquinar por un segundo, ¿Volver a la realidad?
- ¿Desde cuando has de llamarme príncipe?- Frunció los labios levemente, observando sus ojos.
- Gracias por comportarte como un plebeyo por un día, es lindo saber que la amistad de niños sigue siendo la misma.- Elena besó su mejilla y la acarició levemente.
Allí estaba el punto, un punto que nunca jamás él habría querido tocar, que pasase el tiempo que pasase, lo hubiese dejado en el pasado, pero ella se encargo de recordarselo y por ende, lo dejo prendado en su mente.
Ahora lo recordaba, no era Gemma con quien jugaba de pequeño, era Elena, la única pequeña niña que querría ser amiga del príncipe por la simple satisfacción de tener un amigo con quien jugar y compartir sus pensamientos, por que así eran los niños, y así era Elena.
Por que por más que él quiso en su niñez olvidarlo, no pudo, y tal vez se avergonzaba de sus propios sentimientos, gracias a su padre, quien le enseño a serle indiferente a la fuerza más poderosa del mundo : El amor.
- ¿Extrañas a tu mamá?
- Hace mucho que olvide lo que era sentir el calor materno.- Respondió con voz ronca.
- ¿Como está la señorita Gemma?- Sonrió a medias, deslizando sus piernas de un lado a otro con libertad.
- Su embarazo aún no es notable, espero tener un sobrino, más que una niña.
El silencio inundo rápidamente el momento, de una forma cómoda y sencilla, lleno de miradas inexpresivas, sin contexto alguno. El cabello de Elena, caía levemente en ondas sobre la almohada sintética, un tono chocolate claro, que combinaba perfecto con su tono de piel y sus ojos color avellanas.
- Debo irme- Soltó de repente la muchacha, levantándose de la cama. Estaba consciente de que estaba solo cubierta por una vieja camisa del príncipe, lo cual le hacía sonrojar.
- Quédate un poco más, apenas son las siete.- Harry se sentó en la cama, dejando ver su abdomen.
- Son las siete de la tarde, Harold.- Ella río ligeramente, buscando en una de las cómodas de la habitación, su uniforme, el cual había guardado ese día en la madrugada, por quedarse junto al príncipe.- No has salido de tu habitación en todo el día, te negaste a hablar con tu abuela y casi despides a un guardia por querer entrar.
- Se lo merecía...
- Solo quería saber como estaba vuestra alteza, no se lo merecía.- Atacó Elena, aún sonriente.- Si me permites, iré al servicio a cambiarme.
Harry, se levanto observando el gran ventanal en medio de su habitación. Era cierto, el tiempo había pasado tan rápido, un día se le hizo segundos. Era tal como Gemma le había contado, <<Los días se te harán segundos, y sentirás esas mariposas en el estomago de vez en cuando, pero te sentirás la persona más feliz del mundo si te corresponde, y todo lo que hagas, valdrá la pena>>.
- Hora de volver a la realidad, Príncipe.- El cálido tacto de su mano contra su hombro, fue ardiente. Su mente detuvo su maquinar por un segundo, ¿Volver a la realidad?
- ¿Desde cuando has de llamarme príncipe?- Frunció los labios levemente, observando sus ojos.
- Gracias por comportarte como un plebeyo por un día, es lindo saber que la amistad de niños sigue siendo la misma.- Elena besó su mejilla y la acarició levemente.
Allí estaba el punto, un punto que nunca jamás él habría querido tocar, que pasase el tiempo que pasase, lo hubiese dejado en el pasado, pero ella se encargo de recordarselo y por ende, lo dejo prendado en su mente.
Ahora lo recordaba, no era Gemma con quien jugaba de pequeño, era Elena, la única pequeña niña que querría ser amiga del príncipe por la simple satisfacción de tener un amigo con quien jugar y compartir sus pensamientos, por que así eran los niños, y así era Elena.
Por que por más que él quiso en su niñez olvidarlo, no pudo, y tal vez se avergonzaba de sus propios sentimientos, gracias a su padre, quien le enseño a serle indiferente a la fuerza más poderosa del mundo : El amor.
-365 Días-
-¿Tus ultimas palabras?.- Dylan sabía a la perfección lo que pasaría en segundos, pero debía seguir todo al pie de la letra si quería volver a ver a Cassidy.
- Te veo en el infierno- Zayn ensancho con sorna una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de la función, a la vez que Dylan disparaba el gatillo, y tiraba el arma lejos de allí. El cuerpo del blondo cayó inerte, con un hoyo en la cabeza, mientras el brillo de la vida escapaba de sus ojos.
- ¿Quien es el próximo?- Preguntó sin expresión alguna, solo quería ver a Cassidy.
-El irlandés.- El moreno alejó su vista al final de la calle, húmeda, fría y solitaria.- Pero tendrás que esperar, Jade querrá asegurarse de que este bien, antes de irse.
-Como quieras, Zayn. Solo quiero ver a Cassidy.- Dylan observo como el moreno se subía en la moto, sin nada que decir.- Por favor no la lastimes, le prometí a mi madre que la cuidaría, por favor.
-Que mal lo has hecho, Dylan.- El sonido de la moto rugió una vez que salió disparada hacia adelante, dejando al castaño en medio de la calle.
Se dio una relajante ducha fría, así le gustaban, luego preparo huevos y tocino, engullendolos con rapidez. Prendió el reproductor de música en su teléfono, escuchando en primer lugar, la canción de Jade. Take That: Up All Night.
Se recostó en la cama, cubierto solo por su pantalón de pijama, mirando el techo pensativo. Tal vez el hecho de que este haya sido un partir de año diferente a los demás, sin su familia. Pero así era mejor, de una manera u otra, sentía protegerlos, estando lo más lejos posible de ellos, aunque extrañara con tortura a su madre y su comida, a su hermano y las peleas constantes y a su padre y sus afortunados consejos.
La puerta de madera sonó brevemente, sobre saltandolo. Se levanto de la cama y camino lentamente hasta la puerta, era muy raro recibir visitas, más siendo las diez de la noche.
-Hola- Su voz aguda le sonó conocida y hasta podría jurar que ese cabello pelirrojo era de aquella muchacha de esta mañana.
-Hola.
-¡Vaya! Eres el chico de bonitos ojos...- Rebecca sonrió abiertamente, reconociendo al muchacho con quien había intercambiado palabras esa mañana, y hasta se había atrevido a cantar la canción que tocaba junto a su primo.
-Y tu la chica de cabello rojo.- Niall hizo una seña para invitarla a pasar, mientras se rascaba tras la oreja levemente, en un claro rasgo de nerviosismo.
-¿Algo de beber?
-No, gracias, estoy bien- Rebecca sonrió observándolo de arriba abajo, mientras mordía su labio inferior- Eres Niall ¿cierto? Me mude recién al 6C, es decir...
-Al lado...- Niall fue hasta la pequeña ventana de la habitación para cerrarla, puesto que el clima no ayudaba en nada y el frío era cada vez más fuerte.- Si, Niall y si bien recuerdo, tú eres Rebecca.
-Solo quería presentarme, estaré por aquí un par de semanas, y necesitaba conocer a alguien más que a mi primo.- Tomo el atrevimiento de sentarse en el único sofá del lugar, mientras el rubio hacia lo mismo.
-Que pequeño es el mundo.- susurró el rubio, sin notar que Rebecca lo había escuchado.
-Aprovechando el momento...¿Por que no quisiste decirme sobre Zayn Malik?-
-Si te lo digo...- Sonrío levemente, mostrando una dentadura dispareja.- Tendría que matarte.
Ambos rieron juntos, sin conocerse, sin juzgarse, simplemente reían, y eso era lo más intrigante. Aunque Niall no soltaría nada, tal vez por que era la única forma de mantenerse protegido, como también la única forma de proteger a aquella desconocida.
- Te veo en el infierno- Zayn ensancho con sorna una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de la función, a la vez que Dylan disparaba el gatillo, y tiraba el arma lejos de allí. El cuerpo del blondo cayó inerte, con un hoyo en la cabeza, mientras el brillo de la vida escapaba de sus ojos.
- ¿Quien es el próximo?- Preguntó sin expresión alguna, solo quería ver a Cassidy.
-El irlandés.- El moreno alejó su vista al final de la calle, húmeda, fría y solitaria.- Pero tendrás que esperar, Jade querrá asegurarse de que este bien, antes de irse.
-Como quieras, Zayn. Solo quiero ver a Cassidy.- Dylan observo como el moreno se subía en la moto, sin nada que decir.- Por favor no la lastimes, le prometí a mi madre que la cuidaría, por favor.
-Que mal lo has hecho, Dylan.- El sonido de la moto rugió una vez que salió disparada hacia adelante, dejando al castaño en medio de la calle.
-365 Días-
Se dio una relajante ducha fría, así le gustaban, luego preparo huevos y tocino, engullendolos con rapidez. Prendió el reproductor de música en su teléfono, escuchando en primer lugar, la canción de Jade. Take That: Up All Night.
Se recostó en la cama, cubierto solo por su pantalón de pijama, mirando el techo pensativo. Tal vez el hecho de que este haya sido un partir de año diferente a los demás, sin su familia. Pero así era mejor, de una manera u otra, sentía protegerlos, estando lo más lejos posible de ellos, aunque extrañara con tortura a su madre y su comida, a su hermano y las peleas constantes y a su padre y sus afortunados consejos.
La puerta de madera sonó brevemente, sobre saltandolo. Se levanto de la cama y camino lentamente hasta la puerta, era muy raro recibir visitas, más siendo las diez de la noche.
-Hola- Su voz aguda le sonó conocida y hasta podría jurar que ese cabello pelirrojo era de aquella muchacha de esta mañana.
-Hola.
-¡Vaya! Eres el chico de bonitos ojos...- Rebecca sonrió abiertamente, reconociendo al muchacho con quien había intercambiado palabras esa mañana, y hasta se había atrevido a cantar la canción que tocaba junto a su primo.
-Y tu la chica de cabello rojo.- Niall hizo una seña para invitarla a pasar, mientras se rascaba tras la oreja levemente, en un claro rasgo de nerviosismo.
-¿Algo de beber?
-No, gracias, estoy bien- Rebecca sonrió observándolo de arriba abajo, mientras mordía su labio inferior- Eres Niall ¿cierto? Me mude recién al 6C, es decir...
-Al lado...- Niall fue hasta la pequeña ventana de la habitación para cerrarla, puesto que el clima no ayudaba en nada y el frío era cada vez más fuerte.- Si, Niall y si bien recuerdo, tú eres Rebecca.
-Solo quería presentarme, estaré por aquí un par de semanas, y necesitaba conocer a alguien más que a mi primo.- Tomo el atrevimiento de sentarse en el único sofá del lugar, mientras el rubio hacia lo mismo.
-Que pequeño es el mundo.- susurró el rubio, sin notar que Rebecca lo había escuchado.
-Aprovechando el momento...¿Por que no quisiste decirme sobre Zayn Malik?-
-Si te lo digo...- Sonrío levemente, mostrando una dentadura dispareja.- Tendría que matarte.
Ambos rieron juntos, sin conocerse, sin juzgarse, simplemente reían, y eso era lo más intrigante. Aunque Niall no soltaría nada, tal vez por que era la única forma de mantenerse protegido, como también la única forma de proteger a aquella desconocida.
-365 Días-
La cabeza le dolía exageradamente, intento removerse en su sitio pero su cuerpo no reaccionaba, por lo menos no de la cadera para abajo. Se ahogo ligeramente al darse vuelta, aún sin abrir los ojos. Sentía que se había roto las costillas, y sus brazos estaba adoloridos.
-¿Te encuentras bien?- Abrió los ojos de golpe cayendo de nuevo en la cama de espaldas. Las imágenes llegaban a ser borrosas, después de algunos segundos, el enfoque fue normal.
Había una chica a unos metros de él, llevaba un manto en su cabello, cubriéndolo racionalmente; su tez ligeramente morena, combinaba perfectamente con sus ojos verdes y su cabello azabache.
-¿Estas bien?- Volvió a preguntar y esta vez pudo encontrar la forma de hablar.
-¿Donde estoy?- Su voz sonó rasposa y su garganta pedía a gritos un poco de agua.
- En las afueras de Windsor.- La muchacha se acerco a él, empujándolo por el pecho hasta recostarlo en la cama, una vez que intento moverse. Louis, observo su rostro, cuando la cercanía era acortada, delimitando sus facciones tan exóticas Vaya escena, no era propio de ella, y tampoco lo aprobaba su religión.- Lo siento.
-¿Que pasó?
-Mi padre y yo, íbamos rumbo a la ciudad, cuando desafortunadamente te atravesaste en el camino y mi padre sin intención alguna, te arroyo con el auto.- La joven sacó del mini-refrigerador dentro de la habitación, un vaso de agua un poco fría.- Tómala, debes estar sediento.
Él tomo el agua, e intento levantarse, sin éxito. No fue hasta entonces, cuando se percató, de que sus piernas no funcionaban. Se giró hasta la muchacha, en busca de respuesta, pero ella estaba confundida. Pellizco sus piernas, tiro de ellas, las golpeo e intento golpear el vaso de vidrio contra ellas, hasta que la joven se lo arrebato de las manos antes de que lo lograra.
- Lo lamento.- Susurró con voz pasiva, intentando no mostrar sentimentalismos.
-No es nada, solo estoy...Paralitico... ¿Como te llamas?.- Preguntó Louis, con voz neutra; una noticia como esa no se tomaba de mejor manera.
-Hadara.
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Hey chicas, Hola! (:
Lamento, enserio, lamento la tardanza.
Gracias a los comentarios anteriores, de verdad :')
Bueno, se acerca mi cumpleaños... Este martes 29:3
Así que si no les gusto... Por lo menos comenten por mi :)
**Chantaje Cof cof Chantaje**
Besos; Destiny Routh!